Los pasos subterráneos de las calles Córdoba y Mendoza sigue haciéndose esperar, más de dos años después del inicio de su construcción. La Provincia otorgó a la empresa Ingeco, a cargo de la obra, un plazo de dos meses para elaborar un plan de trabajo que permita solucionar la filtración de agua de la napa freática en los túneles. De esta manera, los trabajos recién podrían ser retomados en abril.
A principios de febrero, el Poder Ejecutivo (PE) provincial decidió la neutralización de la obra hasta tanto la firma defina cómo arreglar la inundación de los ductos. La intención de las autoridades era otorgarle a la empresa un plazo de no más de 30 días para definir un nuevo proyecto. Sin embargo, la constructora solicitó más tiempo.
“Ellos están haciendo un peritaje en el lugar y nos pidieron unos días más, por lo que decidimos ampliar el período de neutralización hasta los 60 días. Lo ideal es que haya una definición antes y que se comience con un nuevo plan de trabajo cuanto antes”, afirmó el subsecretario de Obras Públicas, Fernando Baratelli.
De esta manera, Ingeco tendrá tiempo hasta fines de marzo para idear una solución al problema que mantiene paralizada la obra al menos desde los primeros días de diciembre.
Acuerdo incumplido
El Gobierno provincial decidió la parálisis de los trabajos de apertura de las calles Córdoba y Mendoza, entre Marco Avellaneda y Suipacha, luego de que el Tribunal de Cuentas (TC) lo intimara a hacer cumplir el plazo estipulado para su finalización.
La obra debía terminar a fines de diciembre, pero ante la imposibilidad para encontrar una solución a las filtraciones el PE e Ingeco acordaron extender el plazo un mes. La situación, sin embargo, no se modificó en todo enero, lo que generó el llamado de atención del órgano de control.
En el acuerdo N° 312, del 5 de febrero, el TC destacó que no se registraban avances en la construcción desde el 11 de diciembre, fecha de la anterior inspección del Departamento de Ingenieros Fiscales del ente. Asimismo, consignó que se había solicitado a la firma a cargo de la obra planes alternativos para terminar con la inundación de los túneles en seis oportunidades desde junio.
“Es cierto que no hubo avances desde principios de diciembre. Pero esto se refiere a los detalles que restan en el túnel de la calle Córdoba: la instalación eléctrica y de cámaras de seguridad y la señalización. Esos trabajos no podían ser llevados a cabo mientras no se encuentre una forma de terminar con el problema de la filtración de agua”, explicó el funcionario provincial ante la consulta de este diario.
No apto para impacientes
La obra para habilitar la circulación vehicular en el llamado “cinturón de hierro”, provocado por la playa de maniobras del ferrocarril General Belgrano, fue anunciada a principios de 2013 por el entonces gobernador José Alperovich y el ex ministro de Interior y Transporte de la Nación Florencio Randazzo.
Además de los dos túneles, el proyecto prevé la construcción de dos puentes peatonales y la parquización del predio, y tiene un presupuesto (actualizado) de más de $ 60 millones (financiado por el Banco Interamericano de Desarrollo).
Luego de una serie de aplazamientos, la construcción comenzó en noviembre de ese año. Inicialmente, el plazo para su finalización era de ocho meses; sin embargo, este lleva ya 20 meses de mora. En julio de 2015, Alperovich había prometido que el paso subterráneo estaría listo 90 días después; es decir, en octubre.
Baratelli aseguró que el túnel de la calle Córdoba está casi listo. La situación del paso subterráneo que abrirá el tránsito de la calle Mendoza, sin embargo, es menos alentadora: según el subsecretario de Obras Públicas, la obra presenta un avance del 45% y se encuentra virtualmente paralizada. Explicó que esto se debe a que aún no fueron retiradas las maquinarias ferroviarias emplazadas en ese sector. Mientras eso no suceda, los trabajos no podrán proseguir.